Buenos días, aquí estamos un nuevo martes para traeros nuestra sección ”Recuerdos” ,en la que seguimos repasando los momentos importantes que hemos vivido en nuestra cofradía.
Hace unas semanas empezabamos a recordar el momento de la elección del tallista y del boceto para el trono de nuestro sagrado titular, los artículo podéis leerlos pinchando aquí:
Bocetos trono "Ecce-Homo", 1992 (parte 1)
Bocetos trono "Ecce-Homo", 1992 (parte 2)
Pebeteros trono "Ecce-Homo"1992 (parte 3)
Cuando D. Pedro Pérez Hidalgo nos tuvo realizado un Pebetero sin tallar, lo llevamos, junto con D. Juan Herrera González, a unos Talleres de la Estación, para que lo perforaran desde arriba a abajo por el centro, con idea de introducir el tubo del conducto del gas.
Haciéndole las pruebas de holgura e introduciéndole tres capas de amianto, para evitar que se quemara por el calor la madera.
Así mismo, D. Juan Herrera nos fabrica artesanalmente los quemadores como los de la Cofradía de Úbeda y los platillos, (cazoletas) realizados en acero estirado sin costuras, para que aguanten más el calor, los pide a una Fábrica de Madrid. Los cuales se utilizarán para depositar el carbón, que será el encargado de enrojecer la llama azul del Propano. Posteriormente se realizan muchas pruebas con todos los pebeteros encendidos en los Talleres Juan Herrera, para evitar cualquier percance. Además nos realiza la Mesa Metálica, que ejerce de estructura al Trono
Y por último este mítico año de 1992, la actividad de la cofradía finalizaría en un día muy singular.
28 de Diciembre, día de bromas, inocentadas y pequeñas mentiras. Pero para nosotros día clave. D. Juan Herrera González había finalizado los quemadores y demás mecanismos de nuestros pebeteros. En el local del antiguo lavadero de Autos Carmona, estaba todo listo para probar la llama que iluminaría a nuestro Sagrado Titular.
A las 10 horas y 13 minutos se enciende el fuego y a partir de ese momento se produce un continuo entrar y venir de todos los hermanos de la cofradía, así como otras personas, cofrades en su mayoría. Preparamos un muñeco con ropas viejas y forrado de plásticos finos lo colocamos a la distancia a la que iría nuestro Ecce-Homo en la posición final en el trono. Pasaron las horas y los únicos efectos que produjo el calor de la llama fueron unas pequeñas grietas en la madera del pebetero. El improvisado modelo seguía intacto y cuando por fin a las 18 horas y 13 minutos de la tarde, tras 8 horas justas, el propano de la bombona se agotó pudimos comprobar con satisfacción e ilusión que la prueba de fuego había sido todo un éxito.
En la Cuaresma del año siguiente se expondría en la Agrupación de Cofradías, para el deleite del mundo cofrade, teniendo un gran éxito.
Decir finalmente, que el Trono emana naturalidad y humanidad, ya que tiene los “defectos” naturales de haber sido realizado a mano por un hombre de 80 años.
Al que siempre le estaremos eternamente agradecidos por haber captado a la primera nuestra idea, teniendo una gran parte de culpa del éxito de la Cofradía en la calle.
En memoria de D. Pedro Pérez Hidalgo, (1912 - 2005). Descanse en paz.
Aquí os dejamos algunas imágenes